24.7.15

Sharknado 3, vuelan tiburones con David Hasselhoff

http://yonomeaburro.blogspot.com.es/2015/07/planes-yonomeaburro-indigopizza-xfiles-sharknado-true-detective.html
Nadie daba un duro por ella. Sin embargo, la franquicia televisiva Sharknado se ha convertido en un producto adictivo, un acontecimiento mundial alimentado por la viralidad de las redes sociales y del apetito freak más voraz. Los tiburones salen del agua para sumergirse en locos tornados, tras arrasar Los Ángeles y Nueva York, esta vez, directos a Washington. Como no podía ser menos, la Casa Blanca se ve amenazada por escualos sanguinarios, ya que allí está Fin (Ian Ziering) siendo condecorado (y no, no sale Obama). La virulencia del ataque es tal que llega a la costa de Florida, donde April (Tara Reid), embarazada de Fin, le espera. Junto a ella, su madre (Bo Derek). April tendrá todas las papeletas para ponerse de parto, mientras cientos de sharknados se fusionan en un megasharknado que sólo podrá frenar desde el espacio David (#Hoffnado) Hasselhoff.

Syfy emitió Sharknado Oh Hell No! 3 el 23 de julio.

(opinión con spoilers) No hay dos sin tres, pero, tal vez, ésta sea la peor de las tres entregas. Da igual. Ya está en camino una cuarta donde el fan podrá decidir si Tara Reid sobrevive o no. Todos los que vemos Sharknado nos merecemos una camiseta que lo ponga: “Sobreviví a Sharknado”, porque en realidad la trama siempre es la misma (luchar contra tiburones), también el final (los héroes ganan) y los efectos especiales, una de sus mayores bazas, los peores posibles. En Sharknado se reutiliza todo, seguro que hay los mismos tiburones volando en las tres entregas. Corta y pega. Si David Hasselhoff gana un pastizal lo arreglamos rodando sus escenas solo (se nota a la legua que no siempre está con su hijo en el mismo plano). Que Bo Derek nos dice que ella sólo va a rodar un par de secuencias en Orlando, sin mancharse y, por supuesto, sin que le ataque un escualo, lo que tú digas, que para eso mandas. La peli comienza en Washington con un presidente que ni es negro ni mola nada, se parece físicamente al prota de Posesión infernal, más cuando se enfrenta a los tiburones con sus armas. Por ahí vemos a presentadores variopintos, la escritora megaoperada Jackie Collins y hasta a una de las protas de Z Nation (Kellita Smith) interpretando a una soldado con malas pulgas. “Podría ser peor, podrían ser zombies”, le dice (guiño-guiño) el que fuera Malcolm (in the Middle), Frankie Muniz. Éste muere a lo Monty Python, con varios tiburones arrancándole las extremidades de su cuerpo. Lo mejor de Sharknado es que cualquier cosa es posible: un tiburón bajando por el tobogán de una piscina; un tiburón haciendo un looping en la montaña rusa; un tiburón comiéndose al creador de Juego de tronos, George RR Martin (deja de hacer cameos y escribe). O el rapero Ne-Yo haciendo de agente del FBI. También que una embarazada se cuele en un cohete de la NASA, que los tiburones orbiten alrededor de la Tierra y no mueran, y que esa embarazada (Tara Reid) tenga a su hijo dentro de un tiburón mientras desciende a la Tierra. Todo es una sobrada, de una absurdidad tal, que sólo queda disfrutarla en plan gañán, pero, insisto, creo que las anteriores entregas tenían más gracia y merecían esta pérdida de tiempo. Una incógnita: ¿por qué lleva pinganillo en la oreja Bo Derek; quizás le soplaban sus líneas… pero qué líneas?

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